Mujeres

Desprecio Institucionalizado a la Mujer

El desprecio institucionalizado de las mujeres en el "continente negro" se ve reflejado en diversas políticas gubernamentales y prácticas sociales que hoy nos han llevado a problemáticas como la falta de más de 100 millones de mujeres en el mundo.

El papel de la mujer en las esferas de lo público y lo privado ha evolucionado notoriamente, orientándose hacia un mayor reconocimiento y apertura a la plena participación de las mujeres; sin embargo, en pleno siglo XXI nos encontramos con una sistemática violencia estructural en contra de las mujeres, y es precisamente por ello que hoy quiero hablar sobre un caso particular que me resulta bastante inquietante, y cuyas consecuencias sociales me resultan perturbadoras.

¿Qué pensaría si como política de Estado la mujer tuviera que ser desechada de la sociedad porque ésta representa una “amenaza” para el desarrollo social? Por desgracia, esa “cultura del descarte”[1] tiene más vigencia que nunca, y sus efectos sociales a nivel mundial son completamente devastadores; y su punto más visible lo encontramos en el continente asiático, que también es conocido como el “continente negro” para las mujeres.

Cien millones de mujeres faltantes

imagen¿Cómo se puede explicar tal situación? ¿De qué mueren todas estas pequeñas niñas que fueron despreciadas por su comunidad? Por desgracia, mueren incluso antes de nacer. La práctica del aborto selectivo de fetos femeninos o de la selección prenatal del sexo como también se le llama, comenzó en Asia, especialmente en la India, y esto ocurrió tan pronto como las herramientas de diagnóstico para diferenciar el sexo del niño por nacer dejaron de representar un oneroso y sofisticado procedimiento médico.

Esta práctica, se ha convertido en una muy recurrida, e implica un procedimiento en el que mediante el empleo de una aguja larga, el médico extrae unas gotas del líquido amniótico en el que se encuentra el feto y en donde circulan las células fetales que, tras el análisis, permitirán conocer el sexo del bebé.

La extensión de esta práctica se muestra como una desviación de la utilización de la amniocentesis – que inicialmente fuera destinada para diagnosticar algún tipo de discapacidad en los bebés –, esto terminó por alarmar a las autoridades indias, que para 1995 prohibieron la práctica en el caso de que se pretendiera identificar el sexo del feto. Pero, ante tal situación ¿cómo saber la motivación? y ¿qué hará que se de cumplimiento a tal prohibición en un país que supera los mil millones de habitantes? En la práctica este procedimiento se sigue llevando a cabo, aunque de manera discreta.

Evidentemente las consecuencias de esta práctica han generado un desequilibrio tal que en el mundo nos faltan más de cien millones de mujeres, particularmente en Asia. Este fenómeno de mujeres faltantes es el signo vital de una serie de prácticas discriminatorias que, además del aborto selectivo, involucran también un aumento en la tasa de mortalidad infantil en niñas, debido a un trato diferenciado en el cuidado de los infantes si se trata de un niño o de una niña.

Esposas en venta y la política del hijo único

hijo únicoLa idea de comprar una esposa puede resultar algo extremo en pleno siglo XXI; sin embargo el desequilibrio de géneros como consecuencia de la política del aborto selectivo de fetos femeninos y la política del gobierno Chino que únicamente permite a las familias tener un hijo –de preferencia varón-, ha generado que esta “actividad” se convierta en algo cotidiano en varios de los países del continente asiático.

De acuerdo con un estudio realizado por la Oficina Regional de Asia y el Pacífico del Fondo de Población de las Naciones Unidas, las proyecciones muestran que en China e India los hombres superan a las mujeres en edad de contraer matrimonio por más de dos generaciones. Las consecuencias socio-económicas esperadas de estas tendencias son alarmantes incluidos los posibles riesgos de violaciones de derechos humanos, tales como el secuestro, la trata y la venta de mujeres y niñas con fines de matrimonio o explotación sexual.

Como consecuencia de la aplicación de la política del hijo único y la práctica del aborto selectivo de niñas, se ha generado un desequilibrio tal, que para el 2020 se estima que 24 millones de chinos se quedarán sin pareja. Lo cual se ve reflejado en el promedio de hombres y mujeres que en el continente asiático muestra que por cada 116 hombres nacen 100 mujeres, lo que en el resto del mundo es de entre 103 y 107 hombres por cada 100 mujeres.[2]

women-trafficking-vietnamPaíses como Vietnam o Brunei se convierten en el territorio perfecto para llevar a cabo estas transacciones en las que el valor de la mujer se cosifica y se tangibiliza en un precio que ronda de los 900 a los 6,000 dólares – si se trata de una mujer virgen -.

El desarrollo de estas prácticas no sólo tiene consecuencias económicas o implicaciones sociales como se ha abordado de manera breve en este artículo, sino que también representa un acto de violencia en contra de la mujer embarazada, al verse castigada socialmente por ser “incapaz” de traer al mundo a un varón.

Es completamente deplorable que el mismo ser humano sea visto como una amenaza, y no  como una solución a los problemas que se tienen en una nación, continente o en el mundo entero; el desarrollo de este tipo de prácticas y políticas a lo único que nos llevan es a un desprecio mayor de la naturaleza humana.

Este desprecio institucionalizado de la mujer, cuyo fenómeno comparto con ustedes a grandes rasgos, tiene consecuencias terribles en materia de violaciones a los derechos que nos llevan a la cosificación de la mujer a tal grado que el único valor que ésta puede tener es uno meramente comercial.

Afirmar que nos faltan más de cien millones de mujeres no es más que un claro reflejo de esta violencia y desprecio sistemático de la naturaleza de la mujer, ¿Hasta dónde tendremos que llegar como sociedad para ponerle un alto a este tipo de actos tan viles? Aún nos quedan muchas cosas por hacer para terminar con esta pandemia mundial que es la violencia en contra de las mujeres; y en gran medida estas desigualdades y efectos negativos sociales y económicos se lograrán cambiar en tanto cuanto comprendamos que hombres y mujeres somos seres complementarios, y que se requiere de una plena participación de ambos para contribuir a un mejor desarrollo de la sociedad en su conjunto.

 Referencias Bibliográficas

AMARTYA SEN, 1990, “More than 100 million women are missing”, New York Review of Books, 20/12/1990, pp 61-66.

ISABELLE ATTANÉ, 2006, “Les «femmes manquantes» en Asie” en Le libre noir de la condition de femmes, Christine Ockrent coord., XO Éditions, Francia, pp. 30-51.

UNFPA, 2012, “Sex Imbalances at Birth: Current trends, consequences and policy implications”, UNFPA Asia and the Pacific Regional Office, pp. 84.

Notas

[1] Esta “cultura del descarte” ha sido manejada en diversas ocasiones por el Papa Francisco, desde la Carta Apostólica “Evangelii Gaudium” y en un discurso dirigido al Cuerpo Diplomático en enero del 2015, en donde habla de sus consecuencias: “…una cultura que rechaza al otro, que destruye los vínculos más íntimos y auténticos, acaba por deshacer y disgregar toda la sociedad y generar violencia y muerte”.

[2] De acuerdo con Amartya Sen, en su texto “More Than 100 Million Women Are Missing” el promedio de hombres al nacer resulta ser mayor que el de mujeres en todo el mundo, incluso plantea que existen alrededor de 105 0 106 niños por cada 100 niñas; aunque si bien es cierto que esto es desde una perspectiva global, la gran diferencia la encontramos cuando nos enfocamos por completo en el continente asiático y lo comparamos con el americano o el europeo.

auroraespinavergara.com

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