Si bien es cierto que el concepto clásico de soberanía del Estado, heredado del siglo XIX ya no es aplicable en su totalidad a lo que hoy en día es, considero que sería demasiado aventurado dejar completamente a un lado, o inclusive abandonar este esquema clásico, como así lo menciona Luis Miguel Hinojosa Martínez.
Esto en el sentido de que si bien es cierto que el Estado ha perdido muchos de los elementos, que podría decirse mostraban de manera muy explícita su soberanía, hoy en día se ven muy desgastados y debilitados, por el hecho de que en gran parte las actividades del Estado se ven reorganizadas y reorientadas en el sentido de que “son los «mercados» los que imponen las opciones de política económica y, por tanto, los que diseñan el modelo de sociedad” (HINOJOSA, 2010:5).
Esto en el sentido de que si bien es cierto que el Estado ha perdido muchos de los elementos, que podría decirse mostraban de manera muy explícita su soberanía, hoy en día se ven muy desgastados y debilitados, por el hecho de que en gran parte las actividades del Estado se ven reorganizadas y reorientadas en el sentido de que “son los «mercados» los que imponen las opciones de política económica y, por tanto, los que diseñan el modelo de sociedad” (HINOJOSA, 2010:5).
Todo esto va mostrando a un Estado cada vez más debilitado, que tiene una menor influencia dentro del diseño de sus políticas económica, política y social, y que representa una «crisis de Estado», al no poder ejercer en pleno su soberanía; sin embargo, al final del día el Estado-nación sigue teniendo una figura importante dentro del campo internacional, y esto por el simple hecho de que el Estado “sigue siendo la estructura político-social que mejor garantiza la seguridad a los colectivos humanos, tanto en su interior como frente a otros Estados”.
Un ejemplo muy claro de lo anterior es la respuesta de Estados Unidos ante el intento de atentado terrorista que hubo cerca de las instalaciones del Pentágono en recientes fechas, al reforzar el control en el flujo de personas a través de sus fronteras con la aplicación de scanners corporales en sus aeropuertos, dicha medida ha generado mucha controversia a nivel mundial, además de que el 4 de marzo dos mujeres musulmanas se negaron a pasar por el scanner corporal perdiendo obviamente su derecho a viajar; ante esta situación, Big Brother Watch (una ONG británica que ve por los derechos) dijo que están dispuestos a apoyar a estas dos mujeres si querían presentar un recurso en el tribunal (Le Monde.fr, Blog). Sin embargo al Estado garantizar esta seguridad, en este caso se encuentra vulnerando los derechos de las personas, ante lo cual han respondido diversas organizaciones internacionales, que están ejerciendo una fuerte presión para que estos scanners corporales dejen de ser empleados en los aeropuertos; dicha situación podría representar el que el Estado modifique su política de seguridad nacional para dar respuesta a los ordenamientos internacionales que defienden los derechos de las personas.
Por otro lado la gran facilidad en el flujo de la información a través del ciberespacio, y la falta de regulación dentro del mismo, constituye también un elemento de difuminación de las fronteras entre los estados, logrando tener alcances algunas veces demasiado graves para los mismos, y en otras ocasiones sin la más mínima trascendencia para los mismos.


MI conclusión ante este tema es más que una conclusión una pregunta, ¿la pérdida de soberanía de los Estados justifica que éstos tomen medidas que vulnere los derechos de sus ciudadanos?, ¿La conservación de la soberanía por parte del Estado es superior a la preservación de la eminente dignidad de la persona humana? La respuesta la dejo a ustedes.
Bibliografía:
2. Scanners corporels: deux femmes voilées refoulées:
3. Hinojosa Martínez, Luis Miguel. “Globalización y soberanía de los Estados.” Reei.org. 3 de marzo de 2010;
http://www.reei.org/reei10/LM.HinojosaMartinez(reei10).pdf.
auroraespinavergara.com