Mientras leía el periódico encontré una nota interesante en la que se narraban las políticas de natalidad en China en cuanto a las familias pequeñas en las que sólo se está pérmitido a las familias que viven en la ciudad tener un hijo, y las familias rurales pueden tener un segundo hijo, si el primero era mujer; además de que aseguran se han evitado más de trescientos millones de nacimientos.

Centrándome en la nota del periódico, el gobierno Chino señala que las parejas cuyo único hijo haya muerto, resultado gravemente herido o quedado inválido a causa del desastre natural tendrán derecho a un certificado que les permita procrear a otro hijo, ‘flexibilizando’ así las políticas de natalidad del país asiático. Como si el tener un hijo y luego perderlo se tratara de algo tan sencillo como ir a la tienda y comprar otro litro de leche; aunque esta visión no es extraña después de cómo ven las políticas de natalidad en las que como ya había mencionado temas como el aborto lo ven muy natural.
Pero China no es el único país del mundo cuyas políticas de natalidad emplean el aborto como una forma de control demográfico, ya que también en la India las mujeres deben de abortar cuando se trata de una niña, para que así en el futuro haya menos nacimientos. Gracias a políticas como esta en China habrá 160 millones de hombres que no podrán casarse, debido a que no hay mujeres. (si desean ver la nota completa pueden revisar la sección internacional del periódico reforma del 27 de mayo de 2008)
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