Y hoy en el inicio de una página nueva, lo hago escribiendo las enseñanzas que traigo conmigo de este año en el que viví tantas cosas que me han dejado marcas en el alma algunas más profundas que otras, otras demasiado superficiales y unas cuantas con un poco de dolor, pero sin lugar a dudas todas llenas de historias para llenar 365 páginas de nuevas ganas de vivir. De estas 365 oportunidades que se acabaron aprendí que…
- Puedo lograr lo que me proponga, no importa si al mundo le parezca una locura o si nunca terminan de comprender mi meta.
- Descubrí que soy mucho más fuerte de lo que imaginaba, si hiciera un recuento de la cantidad de momentos dificilísimos por los que he pasado en todo este tiempo podrían pensar varias cosas: que estoy escribiendo una tragicomedia, que cómo le hice para tener siempre una sonrisa en el rostro o cómo es que no me he vuelto loca; bueno pues eso en realidad no sabría explicarlo.
- De Víctor Frankl aprendí que «Si no está en tus manos cambiar una situación que te produce dolor, siempre podrás escoger la actitud con la que afrontes ese sufrimiento», y yo simplemente escogí vivir al máximo y disfrutar de los detalles más simples.
- Aprendí a disfrutar de cada momento del que tengo oportunidad de gozar, nunca sabemos cuánto tiempo podremos tener todas las cosas de las que hoy podemos disfrutar.
- La perseverancia se traduce en dedicación y la dedicación es sinónimo del éxito, así que el lograr lo que me proponga viene de la necesaria correlación de esfuerzo, dedicación y perseverancia.
- Aprendí a valorar mucho más a mi familia, a amar cada sacrificio que mis padres han hecho para que yo hoy pueda estar en el lugar que estoy, no por lo que me han dado, sino por todo lo que me han enseñado para valerme por mí misma.
- Que la amistad es un valor único y que el trabajo o las ocupaciones de la vida diaria pueden esperar, porque los verdaderos amigos siempre van a estar ahí para ti, pero el estar absorto de todo lo que nos rodea nos hace perder lo que más vale, entre ello al gran valor de la amistad.
- De Jodorowsky aprendí que «Nadie nos rompe el corazón. Lo rompemos nosotros mismos tratando de hacerlo entrar a la fuerza donde no entra», descubrí así, que las respuestas a muchas de las interrogantes siempre las tenemos pero no nos atrevemos a asumirlas y que mucho de lo que tenemos tiene que ver con lo que creemos merecer.
- Redescubrí mi energía y pasión por cada pequeño detalle, por la vida, por lograr cosas que no me interesa que me sean reconocidas sino más bien, que logren generar cambios positivos; descubrí que me siento más viva que nunca.
- Por último descubrí que tenía miedo a muchas cosas y lo logré cuando de repente y después de tanto luchar fuí consciente de que no le tengo miedo al fracaso y que por el contrario tengo miedo a dejar de intentar, de probar, de luchar y lograr cumplir todos mis sueños por más locos e imposibles que parezcan.
No me queda más que agradecer por la oportunidad de haber aprendido tantas y tantas cosas, de haber vivido un sinnúmero de experiencias, pero sobre todo por haberlo hecho al lado de todas aquellas personas que en menor o mayor medida me acompañaron en este proceso. Sólo espero que este año sea uno de más enseñanzas que me lleven a vivir una vida más plena.
Aurora Espina Vergara http://www.auroraespinavergara.com @auresve